Hoy estreno una de las secciones que más me apetecía dar a conocer.

«La rana reflexiona» son esos pensamientos que se me pasan por la cabeza de vez en cuando y que quizás me apetece desarrollar más que con un hilo de Twitter. Son esos temas que me dan que pensar, que quiero que comentemos y ver las opiniones de todo el mundo. Llevo bastante tiempo pensando en cuál sería el tema adecuado para empezar, y realmente es algo que ha surgido solo.

Hablemos de libros. De libros de segunda mano, más concretamente.

Una de las cosas que más disfruto es pasearme horas y horas por una librería (o minutos y minutos, dependiendo de lo grande que sea). Es una sensación de que respiras las letras, los miles de mundos que hay dentro de los libros de las estanterías.

Sin embargo, noto una tremenda diferencia cuando estoy en una librería grande, tipo La Casa del Libro o la sección de libros del Fnac, y cuando estoy en una librería de segunda mano, y lo

Esas cajas llenas de libros me dan la vida. Cr. DolceCity

mismo o más intensamente me pasa con los libros nuevos y los de segunda mano. No sé explicarlo con palabras, pero trataré de hacerlo lo mejor que pueda.

Al tener un libro en mis manos, siento que tengo una joya. Un libro no deja de ser parte de la mente de una persona, que ha plasmado sus pensamientos, su imaginación en una cantidad determinada de hojas. La comparación que se me ocurre es la de los horrocruxes de Harry Potter, objetos donde se deja una parte del alma; salvando las distancias, claro. Pero en esencia, eso es un libro.

¿Qué pasa con los libros de segunda mano? Que, mientras que un libro nuevo simplemente tiene la historia escondida entre sus páginas (sin desmerecerlo, por supuesto), un libro de segunda mano puede ofrecerte mucho más. Estos, como el nombre dice, han pasado por otras manos además de las del autor, cuentan otra historia. Muchas veces incluso puedes tener trazos de esas historias mediante los marcapáginas que dejan (he llegado a encontrarme desde pétalos de flores hasta una carta de Magic. ¿Hola? ¡¿Una carta de Magic y de 1997?!) hasta pequeños

Muero por tener un «Mujercitas» de segunda mano

comentarios, oraciones subrayadas o el nombre del anterior o anteriores propietarios. El no saber lo que me voy a encontrar cuando compro un libro de segunda mano, incluso aunque no tenga nada, simplemente por la antigüedad que pueda tener, me parece toda una experiencia que disfruto como una niña pequeña. Incluso cuando compro un libro en estas librerías de segunda mano y está como nuevo, como que me desilusiono un poco. Luego pienso en el dinero que me he ahorrado y se me pasa, pero ahí está, esa pequeña desazón. Que esa es otra,
los libros de segunda mano a veces, son EXTREMADAMENTE baratos. Ojo, que no me quejo, pero algunas maravillas, en ediciones preciosas, que estén por cinco, tres, incluso un euro… qué queréis que os diga, mi corazón se rompe un poco.

Pienso en todo lo que esos libros han vivido, aunque sean ediciones de lo más normalitas pero antiguas, de veinte, treinta años, y de por qué los anteriores dueños los vendieron y me puedo tirar todo el día dándole vueltas. A lo mejor soy yo, que soy rara o que tengo mucha imaginación, pero se me acelera el corazón. Y eso, para mí, es algo que no experimento normalmente con los libros nuevos. Eso, ranas mías, se llama magia.