Hace aproximadamente dos años y medio desde la última publicación de este blog. Pasaron muchas cosas en este tiempo, pero no pondré ninguna como excusa; simplemente esto ya no era mi prioridad. Y ahora creo que tampoco lo es pero necesito que lo sea. Necesito una válvula de escape, algo que me ayude a centrarme. Y me acuerdo de lo bien que lo pasaba escribiendo, haciendo los post, contestando vuestros comentarios. Recuerdo que tenía una especie de «rutina», seguramente no la mejor pero sí la mía.
No quiero hacer promesas, no sé cuánto duraré (las esperanzas y las ganas las tengo arribisima, eso os lo aseguro) pero en mi agenda ya tengo organizados los próximos dos meses; sé de lo que voy a hablar y qué cosas quiero mostraros, estoy impaciente por saber si os gustan. Mi meta es subir un post a la semana, los fines de semana. Algunas seciones se irán, la gran mayoría se quedarán y otras nuevas harán su debut. No os quiero hacer spoiler, pero sabéis que de siempre me ha gustado escribir y por ahí irán los tiros. Por supuesto, siempre serán bienvenidas las críticas o consejos hechos desde el respeto y el humor, estoy más que dispuesta a aprender de mis errores. Pero también os quiero recordar que este blog es para mi más que para nadie. Puede que no os gusten las secciones, puede que mi contenido no sea para vosotros. Pero sinceramente, que la gente me lea es un efecto colateral de publicar en un blog, no un fin que yo busque.
Este blog es mi principal propósito este año que entra. Tengo muchos otros (que acabaré dejando como cada año porque la pereza me puede) pero entran en mi zona personal, que seguro que a vosotros no os interesa leer ni a mi compartirlo. Espero de verdad que este 2020 sea el comienzo de algo mejor, tanto para mi como para mis adoradas ranitas.
Por un año… No, por una década llena de sorpresas, alegría, amor y muchos muchos libros. Nuevos, antiguos, no importa mientras os hagan sentir.
Ese es mi deseo para vosotras.
Os he extrañado, ranitas, pero ya estoy de vuelta. ¡Por fin!